Brazil
Año: 1985
Género: Fantasía, distopíaDirector: Terry Gilliam
¿Qué es Brazil?
Brazil es divertida, terrorífica, reflexiva, crítica, bella y llena de imaginación. Es un pie gigante que cae sobre tu mente y te lleva a la cabeza de Terry Gilliam, y ya sabemos lo que implica eso.
Para intentar responder más extensa y precisamente a la gran pregunta (¿Qué es Brazil?) lo mejor es ir por partes, porque esta película puede dividirse entre las distintas tramas paralelas que propone, más parecidos a pequeños cuentos que se entrecruzan. Los cuentos son: La presentación del mundo (o el hecho diferencial que hace que esto no sea una película como otra cualquiera), Los sueños y la chica (Jill Layton), La madre de Sam Lawry, Tuttle, El final. Son muchos, pero esta es una película que realmente me apetece analizar lo más a fondo posible, evitando en la medida de lo posible spoilers importantes de la película.
El mundo de Brazil
El mundo es una clara distopía al estilo de 1984 (es más, el estreno de la película estaba pensado para ese año, pero, como ya es habitual con las películas de Terry Gilliam incluso con la actual 'The man who killed Don Quixote'), en el que se ha perdido el control de la burocracia y el verdadero gobierno lo tiene el Ministerio de Información, donde trabaja el protagonista Sam Lawry (Jonathan Pryce). La trama principal parte de un error, la detención de un tal Buttle por Tuttle (Robert de Niro) que desencadenará, sobre todo en la segunda mitad de la película, consecuencias bastante desagradables tras ser inútiles los intentos por taparlo.
Aunque la película se ve desde el punto de vista de un trabajador del 'Gran Hermano', existe la otra parte, los ataques terroristas, a pesar de que no se explica nada de quienes son ni cuáles son exactamente sus reivindicaciones. En un momento determinado parecen salvar el día, hasta que te das cuenta de que no todo es tan sencillo. Antes de terminar de hablar del mundo, que en cuanto a los pocos edificios que se ven, beben de diversas películas, desde 'Metrópolis' hasta 'El mensajero del futuro', hay que resaltar un aspecto muy importante en cuanto a la película, y es que no hay ni una sola escena (y la he buscado) en que no haya una sola construcción, aparato, ropa, efecto, que no se haya hecho exclusivamente para esta película. Esto es válido desde las escenas de los sueños, el Ministerio de Información (para el que podrían haber seleccionado un edificio normal) hasta una comida con la madre de Lawry en un restaurante. Esto es algo que como espectador notas y te hace buscar los más mínimos detalles de cada escena. ¿Detalles surrealistas? Sí, claro, pero sin superar el límite de la verosimilitud. Si tuviera que calificar el estilo que se ha usado para crear los objetos, diría que se propone un futuro en que la tecnología ha evolucionado de tal manera que es completamente inútil, aunque todo el mundo prefiera usar esas máquinas de escribir con bombillas antes que coger una libreta y un lápiz.
Los sueños y la chica
Los sueños de Sam Lawry son sueños de libertad, de volar por un mar de nubes como un superhéroe (con reminiscencias Steampunk, por cierto) y rescatar a la chica de sus sueños. Se intercalan con la historia principal deteniendo un poco el avance del argumento y tienen bastante relación simbólica con lo que acaba de suceder, además una relación explicada de forma sencilla. Son bastante espectaculares por su sencillez (al menos a mí me sorprendió, supongo que soy muy impresionable), sobre todo porque se tomaron la molestia de hacerlo de verdad, con maquetas y nubes de humo. ¿Si la película se hiciera ahora se haría con CGI? Es muy probable, para muestra, 'El imaginario del doctor Parnassus', también de Terry Gilliam, toda una película onírica que no llega al nivel de un minuto de esta. Ojo con esto no quiero decir que esté en contra del CGI o de la edición de imagen en post-producción, pero pienso que si se hace, debe de anteponerse su función al 'que no se note, que no se note'. Por eso me gustó Scott Pilgrim vs. el mundo, de la que tengo que hablar un día de estos, que sé de mucha gente que no está de acuerdo conmigo.
En cuanto a la chica, Jill Layton (Kim Greist), y por qué la ve en sus sueños...piensa lo que quieras. Por proponer teorías, puedes ponerte platónico y pensar que de alguna forma ya la había conocido, o, yo me decanto por esto, pensar más en la casualidad (algo cruel). Es que Terry Gilliam es algo cruel con sus protagonistas. Nos reímos cuando algo malo le pasa a alguien, pero con el nivel al que se llega con estas películas se supera ese momento. Me explico, es como si en el típico chiste de slapstick en que un personaje se cae por las escaleras y el público se desternilla de la risa; cuando han terminado las risas, el actor, dolorido, se va a levantar y no puede porque se ha roto la pierna. Es el camino que separa la crueldad del humor negro, que también lo hay en la película.
La madre de Sam Lawry
Los personajes secundarios de esta película son geniales, sobre todo por su interpretación. Cada uno, además, es un estereotipo de la sociedad actual. La madre quiere ser eternamente joven y acaba siendo más joven que su propio hijo. En Time Bandits ya habíamos visto lo bien que queda Katherine Helmond en los mundos de Terry Gilliam, pero el descubrimiento aquí, es el de otro viejo conocido (y tan conocido desde la etapa del director en los geniales Monty Python). Michael Palin como Jack Lint se come la película cuando actúa. Desde el primer plano en el Ministerio de Información borras de tu mente cualquier atisbo de "Anda, el de la canción del leñador en los Monty Python". Y es que como dicen en el documental de la película, el reto era que Michael Palin actuara como Michael Palin, que lleva su personaje a unos límites aterradores, sobre todo en el final que ya de por sí es aterrador.
Ah, y ahora con un 15% más de Ian Holm
Tuttle
Tuttle (Robert De Niro) es importante para Sam porque representa todo el ideal de libertad con el que él sueña. Además, tararea 'aquarela do Brazil' (la cancioncilla que he puesto al principio de la entrada), de ahí cierto momento escalofriante. Por el resto me parece sólo un cameo y entiendo que el hecho de que un actor tan conocido se presente a un proyecto pequeño fue un gran favor a Terry Gilliam y por ello le de tanta importancia, pero no la tiene. No está escrito especialmente bien, no tiene excesiva lógica en la historia y en cuanto desaparece, si no fuera por las referencias que hace Sam Lawry, ni le recordarías. Eso sí, es bastante importante para...
El final
Final sacado de una referencia literaria que no voy a revelar por si hay alguien muy aprensivo, pero esa referencia existe claramente. Desde la detención, la película es aterradora. Hasta entonces, ese sufrimiento que no es humor negro por que se pasa de ese nivel se convierte en norma y es realmente desasosegante. Los planos son duros y los detalles se salen de la pantalla. Puede que suene exagerado, pero la siguiente imagen es impresionante la primera vez que la ves en la película, por muchas veces que la hayas visto antes en referencias a la peli.
Eso sí, esto es cine, es arte y como tal, completamente subjetivo. Conozco a gente que odia esta película y sobre too fundamenta sus quejas en que la película termina 15 minutos antes de que salgan los créditos. A mí, particular y humildemente, me encanta, pero antes de decidirte tienes alguna idea preconcebida de cómo puede ser bórrala inmediatamente, estás equivocado. ¿Qué es Brazil? para Michael Palin, es un musical vikingo. Esta respuesta es la mejor forma de ambientar la película sin duda alguna.
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