Trilogía de la venganza I - Sympathy for Mr. Vengeance (Reseña)
Al igual que mucha gente que ha visto "El bueno, el feo y el malo" desconoce que forma parte de la llamada Trilogía del dolar, es curioso ver que la mayoría de los espectadores de "Oldboy" no saben que forma parte de una trilogía, la mejor dentro del poco cine coreano que he visto: La trilogía de la venganza, de Park Chan-Wook.
Al igual que en el caso de las películas de Leone el nombre de la trilogía no es el argumento, sino el tema sobre el que van a girar las películas. Además se reflexiona sobre el origen de la venganza, su justificación y todo lo que produce en un ser humano el deseo de venganza, muchas veces relacionada con la fatalidad.
Sin más dilación, ahí va la reseña de la primera parte.
Título: Sympathy for Mr. Vengeance (Compasión por el Sr. Venganza)
Título original: 복수는 나의 것 [Boksuneun Naui Geot] (La venganza es mía)
Año: 2002
Duración: 120 min.
Director: Park Chan-Wook
Género: Drama, Thriller
Nacionalidad: Coreana
Esta primera película dentro de la trilogía trata el tema de la venganza, por supuesto, pero sobre todo habla de la fatalidad. En ningún momento tienes la sensación de que lo que está pasando es así por un guión, es el destino quien mueve a los personajes y no es muy amable con ellos. En otras películas tienes la sensación de que la historia cae sobre los personajes y son estos los que se embarcan en ella, pero aquí no tienen vuelta atrás.
Ryu es un chico sordomudo que intenta desesperadamente conseguir el dinero necesario para un trasplante de riñón que salvará la vida de su hermana, pero él no es compatible y está a la espera de un donante. Es despedido sin ningún miramiento de la fábrica donde trabaja e intenta hacer un trato con unos traficantes de órganos, a los que paga el dinero del transplante y les da un riñón. Cuando se despierta de la operación, le han quitado el riñón pero le han abandonado en un edificio en contrucción. Aparece un donante, pero ya no tiene el dinero para pagar la operación, así que su novia le convence para secuestrar a la hija del jefe que le despidió. Como piensa que sospecharían de él, deciden secuestrar a Yu-Sun, la hija del amigo de su jefe, Park Dong-Jin. La niña vive a sus anchas en casa de Ryu, donde la cuidan entre él y su novia. La hermana se entera de lo que ha pasado y como no quiere que Ryu sea acusado, se suicida. Ryu, destrozado, la entierra a la orilla de un río, donde, por un accidente, muere Yu-Sun. Su padre, Park Dong-Jin, buscará venganza a cualquier precio.
A nivel visual la película refleja un estilo visual muy personal, que dota de mucho simbolismo a las imágenes, incluso sustituye al diálogo (literalmente en muchas ocasiones: Ryu es sordomudo) aunque sin llegar a un nivel del estilo "El árbol de la vida" o parecido. Alguna de las imágenes que se utilizan en la película se os quedará grabada, como ese momento en que un personaje se aferra literalmente a un recuerdo porque no puede dejarlo ir. Para que eso funcione, las interpretaciones tienen que estar a la altura y aquí cumplen de sobra, sobre todo en el caso de Ryu (Shin Ha-Kyun) y Dong-Jin (Song Kang-ho), que saben transmitir la sensación de que están siendo arrastrados por el destino, lo que se ve de forma muy explicita hacia el final de la película. No por ello se inmolan, no es que acepten el dolor que les ha tocado sufrir.
Eso en cuanto a la dirección artística. La fotografía, a cargo de Kim Byeong-il, tiene algunos planos bastante cuidados, más destacable en la primera que en la segunda parte. Es curioso pero tanto en ésta como en Oldboy hay una diferencia bastante apreciable entre la primera y la segunda parte. En parte es porque rompe con la clásica separación en tres partes, aunque de forma no exageradamente perceptible. Para esas innovaciones Park Chan-Wook es bastante humilde. El otro día hablábamos de Misión: Imposible 4 y de cómo la escena de la torre de Dubai era la más impresionante de la película y cómo nos la habían vendido para que esperaramos mucho de ella. En Sympathy for Mr. Vengeance asistimos a momentos muchos más sorprendentes y emotivos a nivel cinematográfico que en la otra película, pero es una sensación más íntima. Es al terminar la película cuando tú, al reflexionar sobre ella, piensas en lo buena que es, sin necesidad de anticipaciones de ningún tipo.
La forma de contar la historia es la que lleva funcionando desde hace miles de años: afrenta y venganza. Sólo hay un personaje en toda la película del que puedes decir que es buena persona: Yu-Sun, la hija de Park Dong-Jin. El resto, desde el más protagonista hasta el secundario que sólo tiene una línea de diálogo, hace algo que provoca una reacción en los demás personajes (algo tan simple como quitar una pegatina y que entren dos tíos a volver a llenar la pared de pegatinas). Esto es una constante en toda la película y una buena metáfora de lo que es el mundo.
En cuanto a la estructura, diría que tiene dos partes de exactamente una hora de duración. Sí, quizás esos dos minutos del principio puedan ser la introducción, pero me parece más verdadero decir que la afrenta llega hasta que el afrentado está tirado en la hierba, arrancándola para intentar contener el dolor. La venganza llega hasta hasta los créditos...literalmente.
Eso sí, es una película larga y aunque no tiene un ritmo especialmente lento sí hay mucha emoción, tal vez no sea la mejor opción para verla con unos amigos y un bol de palomitas. Guardadla para un día en que tengáis ganas de ver un thriller, original y sin una gota de noire.
He encontrado alguna crítica al contraste que supone la poesía de alguna metáfora visual y las escenas tan sangrientas o sexuales que presenta. Desde luego existe ese contraste, pero no hay para tanto en ninguno de los dos apartados, y menos nada que no hayamos visto ya. Visto desde un punto de vista más literario podríamos recordar que en la Ilíada hay sangre y sexo (y venganza).
Esta es una de las obras maestras del cine oriental reciente que no os debéis perder por nada del mundo. Muy buena película. Si habéis visto "Oldboy" y os ha gustado, esta os encantará. Si no es así, os animo a hacer el camino contrario y a que empecéis por esta a descubrir la trilogía.
Eso en cuanto a la dirección artística. La fotografía, a cargo de Kim Byeong-il, tiene algunos planos bastante cuidados, más destacable en la primera que en la segunda parte. Es curioso pero tanto en ésta como en Oldboy hay una diferencia bastante apreciable entre la primera y la segunda parte. En parte es porque rompe con la clásica separación en tres partes, aunque de forma no exageradamente perceptible. Para esas innovaciones Park Chan-Wook es bastante humilde. El otro día hablábamos de Misión: Imposible 4 y de cómo la escena de la torre de Dubai era la más impresionante de la película y cómo nos la habían vendido para que esperaramos mucho de ella. En Sympathy for Mr. Vengeance asistimos a momentos muchos más sorprendentes y emotivos a nivel cinematográfico que en la otra película, pero es una sensación más íntima. Es al terminar la película cuando tú, al reflexionar sobre ella, piensas en lo buena que es, sin necesidad de anticipaciones de ningún tipo.
La forma de contar la historia es la que lleva funcionando desde hace miles de años: afrenta y venganza. Sólo hay un personaje en toda la película del que puedes decir que es buena persona: Yu-Sun, la hija de Park Dong-Jin. El resto, desde el más protagonista hasta el secundario que sólo tiene una línea de diálogo, hace algo que provoca una reacción en los demás personajes (algo tan simple como quitar una pegatina y que entren dos tíos a volver a llenar la pared de pegatinas). Esto es una constante en toda la película y una buena metáfora de lo que es el mundo.
En cuanto a la estructura, diría que tiene dos partes de exactamente una hora de duración. Sí, quizás esos dos minutos del principio puedan ser la introducción, pero me parece más verdadero decir que la afrenta llega hasta que el afrentado está tirado en la hierba, arrancándola para intentar contener el dolor. La venganza llega hasta hasta los créditos...literalmente.
Eso sí, es una película larga y aunque no tiene un ritmo especialmente lento sí hay mucha emoción, tal vez no sea la mejor opción para verla con unos amigos y un bol de palomitas. Guardadla para un día en que tengáis ganas de ver un thriller, original y sin una gota de noire.
He encontrado alguna crítica al contraste que supone la poesía de alguna metáfora visual y las escenas tan sangrientas o sexuales que presenta. Desde luego existe ese contraste, pero no hay para tanto en ninguno de los dos apartados, y menos nada que no hayamos visto ya. Visto desde un punto de vista más literario podríamos recordar que en la Ilíada hay sangre y sexo (y venganza).
Esta es una de las obras maestras del cine oriental reciente que no os debéis perder por nada del mundo. Muy buena película. Si habéis visto "Oldboy" y os ha gustado, esta os encantará. Si no es así, os animo a hacer el camino contrario y a que empecéis por esta a descubrir la trilogía.
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